¡No hace falta!
La reseña recuperada de hoy viene con un punto extra de tristeza pues la autora, Ai Morinaga, falleció el pasado 2 de agosto de 2019. Una autora que todavía debería haber tenido muchos años por delante para poder seguir llevando al público historias tan divertidas como la que toca, incluida una posible continuación de la misma que ya no veremos. Descanse en paz y gracias por los buenos momentos.
Título: ¡No hace falta!
Título original: Maniattemasu!!
Autora: Ai Morinaga
Tomos: 2
Fecha de publicación en Japón: 2003 - 2004
Revista: Asuka
Editorial en Japón: Kadokawa Shoten
Fecha de publicación en España: 2007
Editorial en España: Planeta
Estado actual: Publicación completa. Descatalogada.
Precio: 7,95 € por tomo
CURIOSIDADES / DATOS EXTRAS
- Al final del segundo tomo hay un pequeño artículo sobre la serie y la autora de Sheila Malchirant (Deirdre).
ARGUMENTO
La empresa de los padres de Homare quiebra y éstos, que han contraído una deuda de diez millones con Kura Ichinokura, un amigo al que prometen devolverle dicha cantidad, se embarcan en un atunero. Mientras tanto, le dejan a su hija como sirvienta para que trabaje en su casa.
La familia Ichinokura está formada por, además del padre, el hijo mayor, Masamune, Hosui, el mediano, y Hatsuhi, el benjamín, a cada cual más atractivo. La única pega que tendrá Homare en su nuevo hogar será la mascota, la gata Ran-Ran, con la que se llevará a matar.
Masamune no tarda en convertirse en el objetivo de Homare. Desde el mismo momento en que se ven, tendrá que soportar el acoso de la chica más pervertida, gafe, obstinada, desinhibida y poco femenina que ha conocido nunca.
RESEÑA
La autora de ¡No hace falta!, Ai Morinaga no es una desconocida para los lectores de manga en castellano. Aparte de ésta, se han visto otras dos obras suyas: la primera en llegar, El patito feo, también de la mano de Planeta, y Será nuestro secreto XXX de la desaparecida MangaLine, que la dejó inconclusa con tres tomos publicados.
No es necesario que el lector pase demasiadas páginas para darse cuenta que no se encuentra frente un shôjo al uso. Ai Morinaga le da la vuelta a todos los tópicos posibles para convertir tanto ¡No hace falta! como el resto de sus obras en parodias de esta demografía. En esta serie, la autora se centra en el conocido como “shôjo-harem”, esto es, chica rodeada de chicos atractivos que están románticamente interesados en ella. Nada más lejos de la realidad, dos de ellos la rehúyen todo lo posible mientras que el menor encuentra muy divertida la situación. El otro tópico al que da la vuelta es “chica convertida en criada del chico” y, lo que hemos visto en otras obras que supone que él la asalte aprovechando su timidez y su diferencia de poder, aquí sufre un cambio absoluto en los roles.
A partir de este punto de partida, la serie se desarrolla con puntos cómicos, uno detrás de otro, en capítulos prácticamente autoconclusivos. Explosiones cada vez que Homare cocina, la incorporación de ésta al instituto de los Ichinokura, sólo de chicos hasta el año anterior, la insistencia por ser manager del club de kendo al que va Masamune… Situaciones normales que de una manera u otra se tornan surrealistas y disparatadas, hasta llegar a un final más que acorde al tipo de historia que se ha desarrollado durante los diez capítulos que dura, pero dejando abierta la puerta a una posible continuación que, hasta la fecha, no se ha producido.
Teniendo en cuenta lo particular de la serie, la autora prefiere que el protagonista principal sea el chico, Masamune. Así, Ai Morinaga pone al lector en la piel de un joven atractivo, serio y con falta de costumbre para tratar con las chicas, cuya tranquila vida se ve sacudida por un auténtico torbellino. Para que no desentone demasiado en el conjunto disparatado de la historia le da como extraña particularidad un cariño un tanto enfermizo por su gata, Ran-Ran.
Por su parte, el caos está personificado en la figura femenina de la serie. Homare es una chica de buen corazón, pero es gafe y todo lo que hace llega a tener consecuencias catastróficas. Es al mismo tiempo ingenua y directa, romántica y pervertida, atolondrada e inteligente… en definitiva, un coctel explosivo de personaje. Es la clave para convertir la serie en lo que es, pero puede llegar a resultar “demasiado” para algún que otro lector, que no podrá evitar compadecer a Masamune.
El elenco de secundarios está liderado, curiosamente, por la gata de la familia, Ran-Ran. Se trata de un animal feo que siente una inmediata animadversión por Homare e intenta proteger todo lo que puede a su dueño, Masamune. La interacción de ambas da algunas de las escenas más surrealistas y desternillantes de la serie. En muy segundo plano quedan los otros dos hermanos: Hosui, cuyo aporte principal en la obra es, al igual que Ran-Ran, proteger a Masamune y Hatsuhi, quien, con su eterna sonrisa, parece pasárselo realmente bien ante las divertidas situaciones que se dan. El padre de éstos, Kura, tiene un papel anecdótico y se limita a disfrutar de tener una hija tan cariñosa como Homare en la familia.
El estilo de Ai Morinaga es detallista y muy cuidado en lo que a rasgos faciales se refiere, con trazo limpio, y constante uso de tramas. Como es común, los fondos son los mayores ignorados y, aparte de algunos en los que sitúa la acción, rara vez cobran relevancia. Sin embargo, en lo que realmente destaca es en las caras de los personajes en los momentos de humor más puro, como la escena en que se ve por primera vez a Homare y Ran-Ran. Es rara la página en la que no hay, cuanto menos, una cara cuya intención sea hacer reír, tanto si lo consigue como si no.
La serio vio la luz de la mano de Planeta poco antes de que se animase con las ediciones a precio reducido, de ahí que el precio de partida, 7,95€, resulte elevado para la calidad de la edición. Como puntos a favor tiene una buena traducción, adecuada impresión y rotulación de los textos. Sin embargo, la relación calidad/precio se ve mermada por el papel reciclado pero, especialmente, por el poco cuidado con las onomatopeyas y textos fuera de bocadillos, faltando la traducción de algunas de ellas o estando mal puestas sobre el dibujo.
En conclusión, ¡No hace falta! es un shôjo para pasar un rato divertido, apto para todos los públicos que busquen una obra fresca con la que pasar un rato de puro entretenimiento. Aunque recurre a tópicos, lo hace para darles la vuelta y buscar el punto cómico de las diversas situaciones. Seguramente no será un humor que guste a todo el mundo, pues esto es un tema muy personal de cada lector, pero es una obra corta que resulta perfecta para conocer el estilo de la autora.
VALORACIÓN
Historia: 7,5
Originalidad: 8
Dibujo: 7,5
Edición: 6
REDACCIÓN: Belldandy
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