Uwasa no Midori-kun!!

Hoy recuperamos una reseña un poco más subida de tono de lo que hasta ahora habíamos desempolvado de nuestras carpetas y correos oxidados. Una obra de cuando la Sho-Comi era una revista picante e Ivrea nos deleitaba con estas historias que iban más allá de besos castos sin por ello olvidar tramas que enganchaban cosa mala.


Título: Uwasa no Midori-kun
Título original: Uwasa no Midori-kun!!
Autora: Go Ikeyamada
Tomos: 10
Fecha de publicación en Japón: 2006 - 2008 
Revista: Sho-Comi
Editorial japonesa: Shogakukan
Fecha de publicación en España: 2009 - 2010 
Editorial española: Ivrea
Estado: Publicación completa
Precio: 8€

CURIOSIDADES / DATOS EXTRAS
- Cuenta con dos videojuegos para la Nintendo DS: Uwasa no Midori-kun!! Natsu Iro Striker (2007) y Uwasa no Midori-kun!! Futari no Midori!? (2008) ambos puestos a la venta por Idea Factory.
- El manga contiene historias extras relacionadas con la serie en diversos tomos. En el tomo #2 un extra sin título centrado en un secundario, Koki Sagara; en el tomo #7 Uwasa no wedding; y en el #10 Uwasa no Midori-kun happy ending además de un pequeño extra dedicado a otro personaje secundario: Jun Ebisu.
- La serie también tiene otras dos historias extras no relacionadas con la serie que forman una mini-historia de dos capítulos de título El chico y la cenicienta. La primera parte sale en el tomo #8 y la segunda en el #9.

ARGUMENTO
Midori Yamate vivía en una pequeña isla muy tranquila y, cuando tenía 12 años, conoció a Tsukasa, un chico de Tokyo que estaba veraneando allí. Él le enseñó a jugar al fútbol y se despidió de ella regalándole su balón con la promesa de volver a encontrarse. 

Tres años después, Midori ha mejorado muchísimo en dicho deporte y sigue acordándose del adorable Tsukasa. Cuál será su sorpresa cuando descubra que uno de los jugadores del famoso equipo del instituto Josei, que está realizando una concentración en su escuela, es él. Además, parece que es el más popular de todos los jugadores y el que ha otorgado esa fama a su instituto.

Nada más cruzar las miradas, Midori y Tsukasa se reconocen y se citan más tarde en la playa. Midori está muy nerviosa debido al reencuentro y Tsukasa se queda asombrado con lo guapa que se ha vuelto la niña que conoció hace tanto. Sin más, le pide un beso y Midori, abrumada por la situación, acepta. Pero la cosa no acaba ahí y acaban pasando la noche juntos. Midori se siente realmente feliz por lo que ha pasado con Tsukasa pero, al día siguiente, cuando va a verle para llevarle el almuerzo, lo descubre riéndose con sus amigos y presumiendo de haber ganado la apuesta al acostarse con la “pueblerina”. Completamente destrozada, oculta sus lágrimas y le deja bien claro a Tsukasa (después de darle un balonazo en toda la cara) que no volverá a burlarse de ella y que acabará con él. 

Dicho y hecho, Midori corre a cortarse y teñirse el pelo y se va directa a Tokyo, a un instituto masculino, haciéndose pasar por chico para poder enfrentarse en un partido a Tsukasa y vencerle en su terreno. Una vez en la residencia, Midori será lo suficientemente despreocupada como para pasearse desnuda por su habitación y, nada más llegar, Kazuma Shinbashi, vecino y futuro compañero de equipo, la descubre. Así empiezan las aventuras y mentiras de Midori en el instituto Aoba para conseguir ganar a Tsukasa.

RESEÑA
Son muchos los mangas en los que el/la protagonista debe hacerse pasar por alguien del sexo contrario independientemente del género o demografía en el que se enmarquen. Este pretexto permite una serie de situaciones a partir de las que desarrollar toda una historia pero también corre el alto riesgo de caer en incongruencias. Uwasa no Midori-kun consigue que el lector olvide este “disfraz” centrándose en los sentimientos del trío protagonista que desde el primer momento conoce el secreto. Así, se ahorra caer en sentimientos confusos y otros tópicos de este recurso.

Sin embargo es algo criticable el disfraz de Midori ya que resulta obvio que no es un chico en numerosas ocasiones. Por eso, puede resultar exasperante la manera en la que los demás personajes nunca sospechan cuál es su secreto. Ésta ni siquiera intenta ponerse fajas alrededor del pecho para disimular lo que, sumado a una constitución muy pequeña, hace muy poco creíble que nadie se dé cuenta. De hecho, prácticamente todos los compañeros de clase se encariñan de él (ella) y lo miman en cierto modo.

En cuanto al tema del fútbol, éste sirve para conducir la trama durante toda la extensión de la obra. No es algo secundario y están ilustrados varios partidos y entrenamientos así que la autora realmente consigue darle la importancia merecida debido al punto de partida. Sin embargo, son criticables los movimientos y técnicas de los personajes que siendo novatos de primero, con apenas 15 ó 16 años, son absolutamente perfectos, en especial Midori y Tsukasa, lo que puede resultar algo exagerado y poco realista. En todo caso, hay que dejar claro que es una serie recomendable para amantes del shôjo pero en ningún caso para amantes del fútbol que busquen un spokon pues, aunque el deporte tiene su peso, no es lo principal de la serie. 

Dejando de lado a Midori haciéndose pasar por chico y todo el tema del fútbol, queda el más que evidente triángulo amoroso entre Midori, Kazuma y Tsukasa que en la gran mayoría de tomos está muy bien llevado y tiene puntos muy buenos a favor del manga en su totalidad. Hay que destacar que es uno de los mejores triángulos que podréis leer si queréis uno en que hasta el final se mantenga la duda de su desenlace. 

A pesar de los rasgos quizá infantiles de los personajes de Go Ikeyamada, se trata de un shôjo con bastantes escenas picantes. Es muy habitual que aparezca Midori completamente desnuda sin motivo y hacia el final puede tornarse algo repetitivo. Aún así, no se trata de un shôjo en el que abunden las escenas eróticas pero tampoco se trata de un shôjo dulce, puro y casto de meros besos en la mejilla y sonrojos al cogerse de la mano, se quedaría en un término medio.

De esta manera la trama se va desarrollando con regularidad siguiendo el torneo entre institutos como hilo conductor y ahondando en la relación entre Midori, Kazuma y Tsukasa que se van conociendo mejor tomo tras tomo. Los múltiples secundarios no tienen un papel destacado pero sí contribuyen en varios momentos, sobre todo en escenas cómicas y extras. 

Un posible punto negativo de este manga es la inexistencia de clases, exámenes o cualquier actividad relacionada con los estudios que, obviamente, realizan aparte de los entrenamientos y partidos de fútbol y el darle nula importancia a la parte académica del instituto quizá resta algo de credibilidad a la historia en conjunto.

Midori es una protagonista muy alocada a la par que ingenua. Cumple ciertos clichés en ese sentido y no es consciente del encanto que puede poseer para los chicos. No tiene ninguna clase de pudor, actitud que demuestra sobradamente cada una de las veces que se desnuda... Aparte de eso, es un personaje con mucha fuerza y determinación, en ningún momento se la trata de otra manera por ser “chica”.

Tsukasa es un personaje aparentemente muy malvado y premeditadamente cruel. Sobre todo al inicio realiza bastantes acciones poco éticas y resulta un tipo frío y calculador. A lo largo de la obra se irán revelando uno a uno sus secretos y lo sucedido durante los tres años que pasaron desde que conoció a Midori descubriendo una personalidad algo distinta, algo que se preveía por el cambio que sufre desde que se separó de ella en la isla, lo que debía tener unos motivos muy fuertes detrás. Es, sin duda, el personaje que mejor evolución tiene en la serie.

Kazuma es un protagonista con muchos matices de príncipe encantador: luchador, inocente y buena persona. Se esfuerza muchísimo más que los demás jugadores ya que, a diferencia de sus compañeros, no posee un talento natural para el fútbol y ha tenido que trabajar muy duro para llegar a donde está. Además es extremadamente sincero con lo que piensa y lo que siente y también inocente de una manera encantadora. A pesar de su supuesto papel protagonista, Tsukasa le eclipsa durante la mayor parte de la obra tanto por personalidad como por espacio y desarrollo que le da la autora.

En cuanto a los múltiples personajes secundarios destacan Jin Ebisu, Tetsu Yoyogi y Kaoru Sugamu de primer año, compañeros de Midori y Kazuma, que viven con ellos en la residencia. Por otro lado, hay toda una serie de veteranos de segundo o tercer año: Koki Sagara, Kei Hodaka (ambos de segundo a la par que hijos de personajes aparecidos en una obra anterior de Go Ikeyamada: Get Love!) Toru Shinagawa, Tatsuya Ikebukuro y Masato Kotanda que completan el equipo de futbol del Aoba. La gran mayoría son irrelevantes pero necesarios para un manga de estas características. También son dignos de mención Akira Kawasaki y Jun Kurihama que pertenecen al instituto Josei y son compañeros de Tsukasa, de manera que ayudan a darlo un poco más a conocer. Por último, Yuki, Miyu, Mamori y Miki dan un contrapunto femenino al elenco de personajes masculinos.

En cuanto a la mini-historia de dos capítulos, El Chico y la Cenicienta, es un buen ejemplo de que la autora también domina el formato breve. En esta historia, Momo Kasuga es una brillante modelo adolescente... que en realidad es un chico: Asuma Sakuragi. Éste aceptó cuando le ofrecieron el trabajo de modelo sin saber que le vestirían de chica y, desde entonces, no ha parado de hacerlo. La cosa va a dar un paso más al participar en una película donde Yui Hazuki le mira de mala manera nada más conocerle porque pertenece a una agencia rival. Una historia sencilla, dulce y con puntos divertidos. No es muy original ni aporta mucho y tampoco se queda en la memoria demasiado tiempo, pero da el momento de entretenimiento y sonrisas que se le podría pedir. Aunque por sí solos estos capítulos funcionan, tenía potencial de haber dado una serie más larga.

El dibujo es una monada. Los personajes que dibuja Go Ikeyamada tienen rasgos bastante infantiles y con tendencia a sonrojarse sobremanera. Se trata de un manga con muy pocos fondos pero los personajes están muy bien dibujados y la autora sabe captar muy bien en el papel el movimiento propio de los múltiples partidos, a pesar de todo, alterna este dibujo tan cuidado con múltiples escenas en las que se aprecian desproporciones que duelen un poco a la vista. En esta obra aún está desarrollando y dejando evolucionar su dibujo. 

La edición de Ivrea es más que perfecta con el acostumbrado papel blanco, sobrecubiertas y onomatopeyas traducidas. El precio quizá es algo elevado pero se trata del estándar de esta editorial para este tipo de edición.

En resumen, Uwasa no Midori-kun entremezcla humor, amor y fútbol de forma magistral. Tiene un gran desarrollo y es una obra congruente y muy agradable de leer con la que el lector podrá reír bastante y soltar alguna lagrimilla, al menos hasta un final dudoso que puede gustar o no, pero no dejará indiferente.

VALORACIÓN
Historia: 8
Originalidad: 7
Dibujo: 7
Edición: 9

REDACCIÓN: Kuroi_Neko

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