Mi pequeño monstruo

Con la reseña recuperada de hoy os traemos la última novedad que sacó la difunta Glénat/EDT. Aparte de ésta, que salió en 2011, ese mismo año reeditaron Clover, de las CLAMP, que años atrás sacó Mangaline, y al siguiente la kanzenban de Fushigi Yûgi en español. Veamos cómo fue la que se puede considerar su última apuesta en el shôjo.


Título: Mi pequeño Monstruo
Título original: Eensy-Weensy Monster
Autora: Masami Tsuda
Tomos: 2
Fecha de publicación en Japón: 2007-2008
Revista: LaLa
Editorial japonesa: Hakusensha
Fecha de publicación en España: 2011
Editorial española: Glénat
Estado: Publicación completa
Precio: 7,50€/tomo

CURIOSIDADES / DATOS EXTRA
- Al final del primer tomo hay una breve sección de dos páginas titulada “El diario de Tsuda” en que explica los significados de los nombres de todos los personajes principales de Mi pequeño monstruo.

ARGUMENTO
Nanoha Satsuki es una estudiante del montón: no saca notas espectaculares, no se le dan muy bien los deportes y tampoco es especialmente guapa. En cambio, sus dos mejores amigas sobresalen tanto que ella tiende a pasar completamente desapercibida. Aun así, Nanoha se enorgullece de ser una chica tranquila y afable que casi nunca se enfada.

Hazuki Tokiwa, más conocido como “el Príncipe” es todo lo opuesto a ella: inteligente, habilidoso y guapísimo, siempre está rodeado de chicas. Sin embargo es de lo más superficial y narcisista hasta tal punto que despierta al monstruito que guarda Nanoha en su interior. Y es que a pesar de lo calmada que suele ser, por algún motivo inexplicable, el príncipe la saca de sus casillas y consigue acabar con su tranquilidad casi inmutable. Dado que a Nanoha no le gusta llamar la atención, intenta por todos los medios mantener oculto a su bichito, acercándose  lo menos posible al príncipe.

Todo va bien hasta que, un día, el príncipe la ve y da por hecho que el regalo que tiene entre las manos es para él… y Nanoha explota por fin liberando a su pequeño monstruo delante de Hazuki. 

RESEÑA
Masami Tsuda se dio a conocer en España gracias a Karekano, su obra cumbre. Como suele pasar en estos casos, Glénat decidió embarcarse con otra obra de una manga-ka que en su día dio buenos resultados pero ya que, como es de dominio público, el shôjo en España se encuentra en sus horas más bajas, lo intentaron con una obra corta, de solo dos tomos. Y, de hecho, Mi pequeño monstruo constituye el último shôjo licenciado por EDT, a pesar de que su publicación se realizó a principios del 2011. 

Nada más comenzar a leer este breve manga, la personalidad de Nanoha atrapa al lector por lo fuera de lo común que resulta dentro de los tópicos del shôjo: no es perfecta, no está locamente enamorada y no destaca en nada. Su sencillez resulta su gran baza.

No obstante, lo más novedoso de este manga es que, en su mayoría, está narrado desde dos puntos de vista: el de Nanoha y el de Hazuki. El marcado contraste en sus formas de pensar aporta una visión global de la trama, que no deja puntos flacos y ayuda a comprender mejor qué es lo que lleva a ambos protagonistas a hacer lo que hacen. Además, puesto que no se trata de una división rígida, ni tampoco se repite todo lo que sucede, esta doble narración no se hace pesada en ningún momento sino todo lo contrario, enriquece la trama.

Otra peculiaridad de este shôjo es que cada capítulo representa un mes, empezando en diciembre y acabando en noviembre del año siguiente, desde que Nanoha y Hazuki se conocen hasta que ambos consiguen solventar ciertos defectos. Y es que, aunque la obra no dure más que dos tomos, la autora consigue hacer madurar a sus personajes. Aún así, en esencia, siguen siendo los mismos pero se nota que durante ese año han crecido acorde con los cambios y la evolución que se suelen dar en la adolescencia.

También cabe destacar que, a pesar de su corta duración, no le falta nada ni tiene un final precipitado, al contrario, una historia tan sencilla como esta hubiera resultado cargante si se hubiera estirado más tomos.

A lo largo de las páginas de Mi pequeño monstruo, Nanoha intenta controlar su ira mientras se odia a sí misma por ser tan rara pero, en realidad, todo el mundo tiene algo que no le gusta de sí mismo y que no se puede eliminar. Nanoha aprende que en lugar de encadenar a su pequeño bichito lo que debe intentar es moldearlo a su manera para que no resulte un problema y asumir que también es parte de ella sin que eso tenga que resultar algo catastrófico.

Por su parte, Hazuki, el príncipe, siempre ha tenido un talento especial para cualquier cosa que se le ha puesto delante, y ni siquiera se había parado a pensar que no todo el mundo puede nacer con tal habilidad, hasta que conoce a Nanoha. Aunque siempre está rodeado de chicas guapas, no le da importancia a ninguna de ellas, y es tan egocéntrico y narcisista que ni siquiera se da cuenta del odio que se granjea entre sus compañeros. Precisamente, conocer a Nanoha le hará darse cuenta de lo superficial que ha sido hasta entonces, e intentará crecer como persona para no resultar tan desagradable a ojos de los demás.

Los personajes secundarios se limitan a las amigas de Nanoha: Renge y Nobara, y los hermanos de todos pero apenas aparecen y su aportación es más bien nula. Todos ellos resultan clichés que adornan las páginas y dan algo de contexto a la relación de Nanoha y Hazuki, que es lo realmente importante en este manga.

Puesto que Masami Tsuda es una mangaka más que curtida después de crear un éxito de ventas como es Karekano con sus 21 tomos de duración, tiene un dibujo muy definido y personal. Su estilo sigue siendo de lo más sencillo, no recarga las ilustraciones de detalles, al contrario, resulta de lo más minimalista. Utiliza SD con frecuencia y casi todas sus viñetas son primeros planos sin apenas fondo. De tanto en tanto decide esmerarse y “embellecer” a los personajes si quiere realzarlos al cambiar de punto de vista o hacer una escena importante, lo que genera un gran efecto en el lector que se ha acostumbrado a los SD y dibujos más simples.

En cuanto a la edición, los dos tomos de Mi pequeño monstruo pertenecen a la desafortunada época previa a la separación de Glénat España con Glénat Francia, por lo que tiene un papel de peor calidad al que acostumbra esta editorial. Lo que sí se mantienen son las sobrecubiertas. La traducción es impecable y las onomatopeyas están traducidas, aunque se les han colado un par de caracteres en japonés en algunas páginas.

En resumidas cuentas, este shôjo es una historia de amor pero también de conocerse a sí mismo, todo ello con unas chispas de humor y presentado con el estilo sencillo que caracteriza a Masami Tsuda. Una lectura más que recomendable para cualquiera que guste de un manga breve, agradable y con una protagonista de lo más peculiar.

VALORACIÓN
Historia: 8
Originalidad: 7
Dibujo: 6,5
Edición: 6,5 

REDACCIÓN: Kuroi

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